¿Estás en el mundo del desarrollo web o has pensado dedicarte a ello? Entonces no te puedes perder esta charla con uno de nuestros beworkers, Marcos Arce. Lleva casi 20 años programando y actualmente lidera un equipo de desarrolladores y diseñadores web y te invitamos a leer hasta el final para que conozcas un poco más su historia y sus pasiones.
(⚠ Spoiler: no todo es código en la vida)
¡Comenzamos!
1.Para empezar, cuéntanos brevemente quién es Marcos Arce en lo profesional y también un poco en lo personal.
Bueno, en lo profesional soy ese tipo de persona que lleva tanto tiempo en desarrollo web que todavía recuerda cuando los GIF animados eran la vanguardia del diseño y el mayor reto era que tu web se viera igual en Netscape que en Internet Explorer.
En lo personal, soy de los que disfruta más una buena conversación que una serie de Netflix (y eso que me gustan mucho las series). Me encanta ayudar a la gente a resolver problemas… excepto cuando hay que montar muebles de Ikea.
2. Llevas casi dos décadas en el desarrollo web, ¿cómo ha evolucionado tu manera de trabajar desde aquellos inicios hasta ahora?
Si echo la vista atrás, diría que he pasado de ser un auténtico “hombre orquesta”—todo código artesanal, noches sin dormir y muchas tazas de café—a una especie de director de banda: ahora el reto no es tocar todos los instrumentos, sino coordinar el conjunto, elegir bien las herramientas y evitar que el caos reine cuando se acercan los deadlines.
Empecé en los tiempos en los que crear una animación con Flash era magia y cada línea de HTML se picaba a mano, pixel a pixel, para que todo encajara. Hoy en día, tenemos frameworks, automatizaciones, IA… Creo que la clave ha sido aprender a surfear la ola del cambio en vez de dejar que te pase por encima… y disfrutar el viaje, claro.
3. Actualmente lideras un equipo como Tech Lead. ¿Qué es lo que más te motiva de esa responsabilidad?
Lo que más me motiva de liderar un equipo es poder ayudar a los demás a crecer. Para mí, ser Tech Lead no es solo apoyar a los otros desarrolladores del equipo, sino también ser el punto de referencia para project managers, comerciales y, en realidad, para cualquiera que necesite una mano.
Lo que más disfruto es esa confianza que la gente deposita en mí cuando tienen un problema: saber que pueden consultarme y, juntos, encontrar una solución. Es muy gratificante ser esa persona que ayuda a que todo el engranaje funcione. Al final, la tecnología va de personas y me encanta aportar mi granito de arena para que todo el equipo avance.
4. Trabajas sobre todo con WordPress y PHP. Para los que no están tan familiarizados: ¿qué tiene WordPress que no tengan otras plataformas?
Trabajo sobre todo con WordPress, PHP y Javascript porque, en mi día a día, la productividad es clave: mi empresa valora que podamos lanzar webs funcionales y bien hechas casi en tiempo récord, y WordPress es el rey en eso. Es abierto, flexible y tiene una comunidad gigantesca.
Eso sí, aunque WordPress sigue siendo mi herramienta principal en lo profesional, confieso que en mis sideprojects últimamente me tiene muy enganchado React. Me divierte ese “cambio de chip”, me obliga a aprender cosas nuevas y me recuerda por qué me gusta tanto programar. La verdad, no tengo claro cómo será el futuro de WordPress —en este sector todo cambia a la velocidad de la luz— y, como siempre he hecho, procuro tener la vista puesta en otras plataformas y lenguajes. Al final, lo que cuenta es seguir aprendiendo y disfrutando del proceso, sea con WordPress, React o lo que venga después.
5. ¿Hay algún proyecto o reto técnico que recuerdes con especial cariño o satisfacción?
He tenido la suerte de trabajar en proyectos muy diferentes a lo largo de mi carrera, pero guardo especial cariño a mis primeros trabajos en Flash. Por entonces, aquello era casi arte digital: recuerdo uno en concreto para una clínica dental muy moderna en Chueca, a la que iban clientes famosos. Conseguimos crear una experiencia inmersiva increíble para la época—animaciones, interacción, sonido—que, para muchos usuarios, era lo más parecido a visitar la clínica sin moverse de casa.
Ya en una etapa más reciente, también me da mucha satisfacción desarrollar herramientas que mejoran la productividad en mi empresa. Ver cómo algo que has programado ahorra horas de trabajo cada día a tus compañeros es una de las sensaciones más gratificantes de esta profesión. Al final, tanto si se trata de animaciones espectaculares como de scripts “invisibles”, lo bonito es saber que lo que haces aporta valor real y mejora la vida de los demás.
6. Además de la parte técnica, también tienes habilidades en diseño. ¿Cómo de importante crees que es que un desarrollador tenga sensibilidad estética?
Importantísimo. Puedes tener el código más elegante del mundo, pero si tu web parece hecha con Paint, la gente se va antes de leer la primera línea. La estética no es solo cuestión de gusto: es comunicación, confianza y experiencia de usuario. No hace falta ser un artista, pero entender lo básico de diseño te da superpoderes como desarrollador.
7. En el mundo del desarrollo web todo cambia muy rápido, ¿cómo te mantienes actualizado o cómo sigues aprendiendo?
Lo confieso: soy un poco “friki” del aprendizaje. Leo blogs, pruebo herramientas nuevas aunque no las necesite, sigo newsletters, escucho podcasts… y, sobre todo, pregunto mucho. La curiosidad es el mejor motor: cuanto más aprendes, más preguntas tienes. Y si alguna vez me pierdo, no me corto en pedir ayuda (o preguntarle a ChatGPT, que siempre está ahí).
8. Hablando de productividad: ¿algún truco, herramienta o rutina que te ayude a mantenerte enfocado cuando tienes mucho entre manos?
Cuando tengo mucho entre manos, lo primero es activar el “modo avión” mental: cierro todas las pestañas que no necesito, silencio el móvil y, si hace falta, me pongo música o ruido blanco. Meditar o salir a correr un rato. Me he dado cuenta de que estar bien física y mentalmente es clave para rendir al máximo y no perder el foco.
En el día a día, Notion se ha convertido en mi segundo cerebro; ahí guardo ideas, tareas, documentación, de todo. Uso muchísimo los snippets de Visual Studio Code y, si tuviera que recomendar una herramienta de productividad, sería TextExpander. Es de pago (unos 5 € al mes), pero es una maravilla: puedes guardar abreviaturas o palabras clave, y al escribirlas se convierten automáticamente en frases, firmas de email, fragmentos de código… lo que quieras. Ahorra una cantidad de tiempo brutal.
Al final, para mí la clave está en encontrar pequeñas rutinas y herramientas que te ayuden a mantener la cabeza despejada y las tareas organizadas. ¡Eso y no olvidarse de respirar de vez en cuando!
9. Cambiando de tercio: cuando cierras el ordenador, ¿a qué te gusta dedicar tu tiempo? ¿Algún hobby o pasión que te ayude a desconectar del mundo digital?
Cuando cierro el ordenador, mi tiempo es para disfrutar. Y disfrutar, para mí, puede ser muchas cosas—sin orden, ahí va mi lista:
El pádel con los compañeros de Beworking, unas cervezas con amigos en la Fábrica del Soho, ver a Mónica y a Eric felices, pasar el rato con mis padres, charlar con mi hermana, escuchar Radiohead, el olor de un libro nuevo, un afterwork en una terraza de Gran Vía, el olor de Le Homme Idéal de Guerlain, Beth Gibbons, Iván Ferreiro, Undercurrent de Bill Evans, un espeto en Boraz, un cóctel en Salmón Gurú, domingos de invierno de sillón y mantita, un libro de Bill Bryson, la experiencia del cine, correr al lado del mar…
En fin, podría seguir, pero al final se trata de saborear esos pequeños momentos que te recargan las pilas y te recuerdan que hay vida más allá de la pantalla.
10. Y si no estuvieras dedicado al mundo tech, ¿a qué crees que te habrías dedicado?
Seguramente a algo donde pudiera ayudar a la gente y resolver problemas. Me habría visto como profe, psicólogo, o incluso policía. Siempre he sentido esa vocación de echar una mano y hacer el mundo un poco más fácil para los demás.
11. Para terminar: ¿qué le dirías a alguien que está empezando en el desarrollo web y quiere hacer carrera en ello?
Si te soy totalmente sincero… hoy le diría a alguien que no empezase en desarrollo web solo por la demanda, porque con la llegada de la IA el panorama va a cambiar muchísimo, y la web ya no es lo que era: las nuevas generaciones apenas consumen webs, así que el mercado va a reducirse un montón. Yo mismo a mi hijo le recomiendo aprender un oficio manual, algo difícil de sustituir por una inteligencia artificial.
Dicho esto, si de verdad te apasiona, si ya has empezado y disfrutas creando, adelante. Pero hazlo con mimo: aprende bien las bases, entiende el porqué de las cosas, y cuida tu trabajo como si fuera artesanía. Usa la IA para ser más productivo, sí, pero que se note la mano de un desarrollador detrás, ese toque personal y único que la máquina no puede imitar. Al final, lo que más se va a valorar es el trabajo bien hecho y con alma.
_________________________
¿Te ha gustado esta entrevista? Desde BeWorking seguiremos compartiendo historias de personas que, como Marcos, contribuyen a que nuestra comunidad crezca cada día.
Si quieres saber más sobre BeWorking y unirte a nuestra comunidad escríbenos a info@beworkingcopia.okawa.es.